Según Internet World Stats, en el mundo hay más de 4156 millones de internautas, lo que supone el 54,4 % de la población total. Este número ha aumentado en un 1052 % desde el año 2000.
Vivimos en una era digital dominada por las nuevas tecnologías. Estas nos han brindado toda clase de oportunidades y beneficios, pero lamentablemente, también están siendo el vehículo y el instrumento para cometer actos delictivos. Sin embargo, el hecho de que unas herramientas tan valiosas sean usadas con malas intenciones no implica que sean perjudiciales o tengamos que dejar de usarlas; significa que tenemos que aprender a utilizarlas correctamente, conociendo cuáles son esos riesgos que pueden existir, saber detectarlos y evitarlos en la medida de lo posible. La prevención es una de las herramientas clave para hacer frente al cibercrimen.
El principal objetivo de la ciberseguridad
La ciberseguridad o seguridad informática tiene como principal objetivo proteger la información y los sistemas informáticos de posibles ataques e intrusiones, a través de un conjunto de técnicas, herramientas, normativas y acciones concretas. En definitiva, la ciberseguridad consiste en poner un candado en nuestras vidas digitales. Proteger nuestros dispositivos y a nosotros como usuarios, reduciendo al máximo los posibles riesgos con las herramientas que están a nuestra disposición. Tenemos la falsa sensación de que en internet no nos puede pasar nada, no lo consideramos una extensión de nuestra vida real. En la calle, ponemos todo tipo de protecciones y evitamos riesgos. Cuando salimos de casa, cerramos la puerta con llave, miramos a ambos lados antes de cruzar la calle. Tomamos precauciones en situaciones desconocidas, y jamás se nos ocurriría repartir fotografías nuestras en mitad de la calle. Sin embargo, usamos las tecnologías sin conocer los posibles riesgos o poner precauciones. En internet y en las redes sociales compartimos todo tipo de información personal sin pensar dos veces en las consecuencias.

Tener nociones elementales en ciberseguridad es posible para cualquier usuario, es asequible, y, ante todo, es muy necesario. Suelen ser habituales las frases del tipo: “esto no me va a pasar a mí”, o “para qué querría alguien mis datos”. La realidad es que cualquiera de los ciberdelitos que se describen en este libro te pueden pasar a ti, a tus amigos o a tu familia. Y tus datos son muy valiosos. La concienciación en esta materia es fundamental.
Hay una cosa que debemos tener clara: la ciberseguridad completa, al 100% no existe. Al igual que en la vida real, por muchas medidas de protección que pongamos, nada garantiza la seguridad completa. Lo que no quiere decir que no debamos poner las barreras necesarias. En el mundo virtual, podemos hacer mucho para que nuestras vidas digitales sean lo más seguras posible: estar informado y conocer las diferentes técnicas de ataque a las que podemos estar expuestos es vital para poder detectarlas a tiempo y evitar futuros problemas.

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